La Revista EcoAméricas realiza un artículo sobre las situaciones que ocasionaron el derrame de petróleo en la Amazonía ecuatoriana (mayo 2020, pp. 14-17).
Primero, la cascada más grande de Ecuador se desvaneció. El 2 de febrero de este año, la erosión en el río Coca en la región amazónica del país creó un enorme sumidero, borrando en gran medida la preciada cascada de San Rafael, de 150 metros de altura.
Luego, el 7 de abril, la erosión 1.5 km aguas arriba abrió otro sumidero y fracturó tres oleoductos, incluidos los dos conductos principales de crudo ecuatoriano desde los cabezales en la cuenca amazónica hasta las terminales en la costa del Pacífico. En uno de los peores derrames de petróleo en la región amazónica en décadas, se escaparon más de 15,000 barriles (630,000 galones) de crudo, causando una severa contaminación aguas abajo en las comunidades ribereñas de los ríos Coca y Napo.
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