La permacultura, una herramienta para la autodetereminación, conversación con Pilar De La Torre
Pilar de la Torre es permacultora y guardiana de semillas.
Pilar de la Torre es una mujer kichwa del pueblo Otavalo, residente de la comunidad de San Luís de Yagualongo. Permacultora y guardiana de semillas, Pilar una mujer muy inspiradora y comprometida por los derechos en las comunidades y acompaña procesos de formación en permacultura, con metodologías participativas y trabajando en las comunidades.
(Pregunta) Siempre se habla de sabiduría de los pueblos indígenas, pero ¿de dónde viene esa sabiduría?
(Respuesta) Como pueblos indígenas, heredamos una sabiduría que no está escrita en libros, sino sembrada en la tierra, en el corazón de nuestras abuelas y en la memoria viva de nuestros territorios. Para nosotros, los derechos colectivos no son solo leyes escritas en papeles; son el derecho a seguir siendo lo que somos: pueblos con raíces profundas, con espiritualidad, con idioma, con semillas propias, con autonomía para cuidar y habitar nuestras tierras en equilibrio con la Pacha Mama.
“Nuestro territorio no es mercancía ”
(P) ¿Todo está conectado?
(R) Desde la cosmovisión andina, la vida es sagrada y está tejida en comunidad. No existimos como individuos aislados, sino como parte de un todo, donde cada energía, espacio, seres vivos son también nuestros hermanos. Nuestro territorio no es mercancía; es un ser vivo que nos nutre, nos guía y nos protege. Por eso, defender nuestros derechos colectivos es defender también el alma de nuestros pueblos, la memoria de nuestras abuelas y abuelos, y el Sumak Kawsay de nuestras hijas e hijos.
Graduación curso de permacultura básica.
(P) ¿Cómo se inserta en esta cosmovision lo que tu llamas permacultura regenerativa?
(R) A través de la permacultura regenerativa, estamos reactivando nuestros territorios, sembrando la vida desde nuestras manos, y fortaleciendo nuestra soberanía alimentaria. Es un acto político, espiritual y colectivo, que nos devuelve el control sobre nuestros medios de vida y nos conecta con nuestros saberes ancestrales. En cada chakra que cuidamos, en cada sistema de agua que restauramos, estamos ejerciendo nuestros derechos colectivos, no desde el reclamo, sino desde la acción viva.
(P) ¿Concretamente cómo trabaja tu organización?
(R) En Muyunsay hemos buscado distintas formas de empoderar a las comunidades indígenas a través de la herramienta de la permacultura. De esta necesidad y visión colectiva nace la formación en permacultura básica, como un espacio de fortalecimiento comunitario, intercambio de saberes y recuperación de conocimientos que no son ajenos ni nuevos en nuestros territorios, sino que han sido parte de nuestra vida ancestral. La permacultura, en este contexto, no se impone como una técnica externa, sino que se entreteje con la cosmovisión andina, reconociendo y valorando lo que ya habita en nuestras manos, en nuestras abuelas y en nuestra relación con la tierra.
(P) ¿En qué comunas se desarrolló el proyecto?
(R) El proceso de formación en permacultura básica se llevó a cabo en las comunas Jatunpamba, Minas Chupa, Motilón Chupa, Padre Chupa y Hatun Asilla Chiri Sacha, donde las y los participantes fortalecieron y recuperaron conocimientos esenciales para la vida en comunidad. A través de este proceso, se profundizó en el diseño permacultural, la protección y restauración del territorio, así como en el intercambio de saberes ancestrales, reconociendo que estos conocimientos han sido siempre parte de la memoria viva de nuestros pueblos.
(P) ¿Es decir que se desarrolló un proceso de formación?
(R) Así es. La formación permitió no solo adquirir herramientas prácticas, sino también generar una reflexión profunda sobre cómo diseñar formas de vida humanas integrales, basadas en el respeto a la vida y en armonía con la Pachamama. Desde la cosmovisión andina, esto significa caminar hacia la regeneración del territorio y de nuestras relaciones, poniendo en el centro la reciprocidad, el cuidado colectivo y el equilibrio con los ciclos naturales. Apuntamos a recuperar la bioconstrucción, volver a levantar casas con barro, madera, paja y caña, respetando el entorno, los saberes antiguos y las manos comunitarias
(P) ¿Los cuidadores de semillas se han graduado?
(R) Como parte del proceso de formación en permacultura básica, se llevó a cabo la graduación de la primera fase, un momento simbólico y profundo que representa mucho más que la entrega de un certificado en papel. Este acto fue un reconocimiento al esfuerzo, la constancia y el compromiso que cada participante ha demostrado en las distintas actividades, mingas y espacios de aprendizaje a lo largo del proceso.
Graduados y graduadas de las Comunas Jatunpamba, Minas Chupa, Motilón Chupa, Padre Chupa y Hatun Asilla Chiri Sacha.
(P) ¿Dónde se realizó?
(R) La ceremonia de graduación se realizó en la comuna Hatun Asilla Chiri Sacha, contando con una participación diversa y significativa de representantes de cuatro comunas: Motilón Chupa, Padre Chupa, Minas Chupa y la comuna anfitriona. Este encuentro permitió no solo cerrar una etapa, sino también fortalecer los lazos entre comunidades, tejiendo redes de apoyo, confianza y saberes compartidos.
(P) ¿Quiénes han participado, el proceso de formación estaba abierto tanto para mujeres como para hombres?
(R) Los resultados de esta fase son reflejo de una participación intergeneracional y comunitaria: en laComuna Motilón Chupa: 2 mujeres, madre e hija de 13 años. En la Comuna Padre Chupa: 1 adolescente de 14 años. En la Comuna Minas Chupa: 2 hombres y 2 mujeres. En la Comuna Hatun Asilla Chiri Sacha: 3 hombres, 5 mujeres y una niña de 11 años.
(P) ¿Cómo evalúas el proceso de trabajo intergeneracional?
(R) Este entretejido de generaciones permitió un espacio valioso de aprendizaje oral, donde las abuelas, madres y jóvenes compartieron conocimientos, prácticas y sueños. Más allá de la técnica, se vivió la transmisión viva de la sabiduría ancestral y la importancia de garantizar el relevo generacional en las luchas comunitarias.
La participación activa de niñas, adolescentes y mujeres nos muestra con fuerza que es urgente y necesario seguir generando espacios de formación, participación y liderazgo para las juventudes dentro de sus propias comunas. Ellas y ellos son la semilla y el futuro de nuestras luchas por la vida, la soberanía y el cuidado de la Pachamama.
(P) ¿Qué tipo de trabajos han presentado los y las graduadas?
(R) Las y los graduados presentaron sus propuestas de diseño en sus lenguas maternas, como el Kichwa desde la oralidad, reafirmando el respeto profundo a la identidad cultural y la conexión espiritual con el territorio. Estos diseños tienen proyecciones a corto, mediano y largo plazo, con el propósito de regenerar los sistemas de vida y construir modelos sostenibles, inspiradores y replicables dentro y fuera de sus comunas.
(P) Quisiera que expliques algunos principios que se manejan en este proyecto y que son los pilares fundamentales del trabajo. Me refiero a el ayni, la minga y la Pacha Mama.
R) Como mujer kichwa Otavalo, permacultora y guardiana de semillas, el ayni, la minga y el respeto a la Pacha Mama son principios fundamentales que guían nuestra forma de vivir, de sembrar, de organizar la comunidad y de agradecer a la vida.
El ayni es el principio del dar y recibir en equilibrio, una reciprocidad sagrada que no busca ganancia, sino mantener la armonía entre las personas, la comunidad y la naturaleza. Cuando sembramos semillas, cuando construimos juntos, o cuando cuidamos un nacimiento de agua, lo hacemos desde el ayni, sabiendo que todo lo que damos, vuelve. Es una forma de sostener la vida en comunidad, de reconocernos unos a otros, y de no permitir que entre la avaricia o el egoísmo.
La minga es el trabajo colectivo con un propósito común. En nuestras comunidades, hacemos minga para limpiar los canales de riego, para sembrar en la chakra de una familia, o para levantar una casa. Pero más allá del trabajo físico, la minga fortalece el tejido comunitario, la solidaridad y el sentido de pertenencia. No trabajamos por dinero, trabajamos con el corazón, por el bienestar de todos y todas.
El respeto a la Pacha Mama es el pilar de toda nuestra existencia. Ella no es un recurso, es un ser vivo, es madre, sabia y generosa. Como guardiana de semillas, sé que todo lo que sembramos con respeto, amor y gratitud, florece. Y también sé que si dañamos a la tierra, nos dañamos a nosotros mismos. Por eso, en la permacultura andina cuidamos los suelos, los ciclos del agua, la diversidad de la vida, y practicamos rituales de gratitud para pedir permiso y devolver lo que tomamos. Esta forma de vida no es del pasado. Es urgente hoy. El mundo necesita volver al ayni, a la minga, y al respeto profundo por la Pachamama, si queremos un futuro con equilibrio, salud y vida digna para todos los seres.
(P) ¿Qué se viene para el futuro?
(R) La siguiente fase del proceso: “Permacultura Avanzando” es una etapa que se proyecta no solo como formación técnica sino como un camino de re-conexión espiritual, territorial y política. Esta fase no busca imponer nuevos contenidos, sino responder a las demandas propias de las comunidades, quienes, desde su experiencia y palabra, han expresado la necesidad de aprender más sobre aspectos clave que les permitan regenerar y restaurar sus territorios. Como por ejemplo el ciclo del agua y la bioconstrucción.
“La comprensión del ciclo del agua es esencial para restaurar los sistemas de vida.”
(P) ¿Puedes explicar de qué se trata?
(R) El agua es vida y es sagrada. En cada territorio, la comprensión del ciclo del agua es esencial para restaurar los sistemas de vida. Se trabaja con técnicas ancestrales y tecnologías apropiadas que permiten conservar el agua, evitar su contaminación y fortalecer su ciclo natural desde una visión integral y comunitaria. En cuanto a la bioconstrucción, habitar el territorio también es un acto político.
(P) ¿Entonces la permacultura no responde a un proceso externo y se adapta a las necesidades del lugar donde se desarrolla?
(R) La permacultura no es vista como una técnica ajena, sino como una herramienta viva que dialoga con nuestra cosmovisión andina, que se teje con el ayni, la minga y el respeto profundo a la Pacha Mama. Es un lenguaje que nos permite expresar lo que somos y lo que soñamos: comunidades libres, organizadas, resilientes y comprometidas con el cuidado de la vida en todas sus formas.
“Comunidades libres, organizadas, resilientes y comprometidas con el cuidado de la vida en todas sus formas.”
La iniciativa Rights and Resources apoya el proyecto “Gestión Territorial Regenerativa Cala Cambugan”.
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