Encuentro Mujeres Constructoras de Paz
El encuentro entre las mujeres de CONAMUNE Capítulo Esmeraldas y Geraldina Guerra, de Fundación ALDEA.
Guayaquil, junio de 2025 - Fundación ALDEA estuvo presente en el encuentro Mujeres Constructoras de Paz este 11 y 12 de junio, representada por la presidenta, Geraldina Guerra Garcés. Allí, la voz de las mujeres de todos los rincones del Ecuador se escuchó fuerte y clara.
El fondo para la construcción de Paz de Naciones Unidas fortalece estos procesos con el apoyo de ONU Mujeres quién organizó la reunión.
Entre las diferentes organizaciones participantes estuvieron también las compañeras de CONAMUNE Capítulo Esmeraldas. Esta iniciativa busca empoderar a las mujeres como agentes de cambio, promoviendo la prevención de la violencia y el fortalecimiento de su voz en todos los espacios de la sociedad.
“Cuando el canto de los ríos calla, nosotras alzamos la voz”
Las paredes del hotel están estudiadas para atenuar los ruidos y para que los huéspedes puedan disfrutar de su estancia en el lugar. Pero ni la insonorización más técnica puede neutralizar o absorber el grito que sale de la garganta de las mujeres constructoras de paz.
Reunidas alrededor de una gran mesa, las mujeres de base, sobreviviente y vivientes de territorios en guerra, lo han dicho una vez más:
“Nos están persiguiendo, nos están matando, nos están humillando para que nos callemos la boca. Nos tienen presos, porque nos tienen olvidados. Sin nada de servicios ni oportunidades. Nos quieren muertos. Para callarnos.”
Estas palabras lapidarias nacen del corazón de aquellas que a diario luchan y afirman que: “Con las balas al frente de mi casa, tengo que salir, porque eso es resistencia”, resisten incansables: “Resistencia desde las ollas” ,“Vivimos donde la educación ya no solo es un derecho sino resistencia”.
Vinieron de lejos, de las montañas, las selvas, los ríos y los mares. En esos territorios es donde en la cotidianidad lidian, esquivan y luchan contra la violencia.
“Por defender la vida nos tratan como terroristas, nos criminalizan para ponernos tras las rejas para que callemos, ¿dónde están nuestros derechos? No los vemos. ”
No se puede romantizar una vida que constantemente está en alerta porque el entorno donde vives no es seguro. Las palabras revelan abandono, indefensión: “Como mujeres somos invisibilizadas, discriminadas por las mismas entidades de nuestros gobiernos. Nos amenazan de muerte y no hay justicia para nosotros en los territorios. Nos criminalizan a las mujeres porque somos valientes y porque estamos en primera plana, como escudos defendiendo la vida. Las autoridades nos han dado la espalda.” ¿Dónde está el estado que debe proteger a sus ciudadanos y ciudadanas? ¿Cuándo trabajará desde los territorios? Ellas dicen: “Desde los escritorios no se pueden tomar decisiones, sino desde los territorios, desde la realidad misma”.
Las mujeres no quieren dejar sus territorios, no quieren dejar su casa, sus sembríos, sus animalitos. No quieren dejar el espacio donde viven: “Si destruimos nuestra madre tierra ¿qué será de nosotros, de nosotras?”
“La minería legal e ilegal amenaza nuestras vidas. Sin agua, sin el líquido vital, la vida está en riesgo. Debemos estar más unidas que nunca, defender el agua, nuestros territorios”
No se pueden separar las mujeres de la tierra y los territorios, no se puede. No se puede tampoco luchar solas, ellas lo tienen claro: “Solas no somos nadie, la articulación es lo más importante”. Reclaman su espacio en la opinión pública y en las tomas de decisiones: “Nos llevan solamente para hacer bulto, a nosotras las lideresas nos respetan porque somos quienes estamos en los territorios enfrentando la violencia. Como mujeres rurales no nos toman en cuenta, la parte urbana no sabe lo que pasa”
Son mujeres, constructoras de paz: “La paz no es solamente la ausencia de violencia, sino que es el equilibrio para la vida”. Son mujeres que viven, no solo sobreviven. Son mujeres humanas, luchadoras que reivindican la vida como un acto de rebeldía y resistencia: “Hoy me niego a morir, me niego a desaparecer”
Texto: Giovanna Tassi.
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